Dentro de los cuentos ilustrados, podemos encontrar desde los que no tienen ninguna palabra hasta los que tienen bastante texto. Pero incluso aquellos sin palabras tienen una página de créditos y, probablemente, una sinopsis. De cualquier forma, es importante cuidar la ortografía y conocer algunos tips básicos para escribir historias.

Vamos a ver algunas reglas de forma muy básica con los errores o malos usos más comunes que suelen repetirse en gente novel. Aunque recomendaría hacerse con un buen manual de ortografía y gramática (por ejemplo, El manual de estilo de Arturo Ramoneda o los libros de gramática y puntuación de Silvia Adela Kohan).

Vamos al lío

  • EL GUION MEDIO
    – O la famosa rayita de los diálogos: se pone antes de empezar un diálogo (cada intervención de un personaje en una línea distinta) y una vez termina la sentencia del personaje, antes del verbo dicendi (dijo, contestó, exclamó, preguntó…). Por ejemplo: —¡Tú puedes! le dijo su mamá desde la ventana”.
    Si se quiere continuar con el diálogo del mismo personaje, la intervención del narrador quedara acotada entre rayas: “—¡Uy, no, qué miedo! —dijo Salero, tembloroso—. ¡Debe ser muy difícil llegar hasta allí!

  • LAS COMAS
    Es bastante complejo, es mejor que te lo corrija un profesional, pero estos son los mínimos que debes tener en cuenta:
    – Marca una pausa breve dentro de un enunciado.
    – Nunca se pone entre sujeto y verbo (esto ocurre muchísimo) “Mi amigo Jacinto, estaba muerto de sueño”.
    – Se usa para separar el vocativo: “Juan, ven aquí”.
    – Para delimitar un inciso (si lo quitas de la oración, no afecta a esta): “Mi madre, que nació en Sevilla, siempre fue amable conmigo”.
    – En las enumeraciones: “Voy a comprar jamón, tomate, lechuga y pan”.

  • LA MAYÚSCULA
    – Se debe usar en el inicio de los títulos, al inicio de cada frase y en los nombres propios (Juan, María, Pedro…). Ojo, que los días de la semana y los meses del año van en minúsculas. Algunas editoriales priorizan el diseño y pueden jugar con las tipografías mayúsculas y minúsculas en los títulos.
    Los nombres de los personajes o sujeto van con mayúscula. Hay muchos cuentos donde el personaje tiene el nombre del animal, por ejemplo “Gato Negro”, si nos referimos al personaje irá en mayúscula, como un nombre propio, pero si hablamos de un gato negro como animal (nombre común), entonces es con minúscula.

  • LAS COMILLAS Y LAS CURSIVAS
    – Se puede utilizar para citar nombres de libros, películas, etc., también para las palabras que no sean de origen castellano o que no aparezcan en el diccionario, por ejemplo Smartphone, brunch, petit bouche, etc. También se usa cuando quieres destacar alguna palabra, como por ejemplo, darle un sentido contrario al que tiene: «Mi madre era una persona muy “divertida”» (y en realidad su madre era una persona muy seria, o muy borde, o que hacía bromas macabras…)
    – Lo importante es que sigas un solo criterio (si destacas con cursiva, mantenerlo siempre así).
    – En español existen tres tipos de ellas: las latinas (« »)​, las inglesas (“ ”) y las simples (‘ ‘). La norma suele recomendar las latinas en primer lugar.

  • LOS PUNTOS FINALES
    – No se suelen poner en los títulos del cuento. En el caso de los listados, tendrás que decidir si quieres ponerle un punto a todo o no. Lo importante es que haya una coherencia (por ejemplo, podría pasarte con el texto de los créditos del libro). 
    Nunca ponemos punto después de un signo de exclamación o interrogación.

  • LOS ACENTOS
    – Son los errores más habituales, pues pueden pasar desapercibidos para el corrector de textos en palabras como solo, más, aún y en palabras que funcionan con y sin acento como “práctica” y “practica“, “catálogo” y “catalogo” o verbos como hablo y habló.
    Acentuar las palabras “qué” “cómo” “cuándo” y “por qué” cuando tienen carácter exclamativo o interrogativo. Para diferenciarlo existe un truco (con sus matices): consiste en poner la palabra “diantres” detrás de la fórmula interrogativa o exclamativa: “¿Qué diantres pasa?”. “No sabía qué diantres le pasaba”.

  • LOS VERBOS
    – Procura que tu cuento esté escrito en un mismo tiempo verbal o, cuanto menos, que estos sean acorde con lo que sucede en la historia. Un libro podría comenzar en presente y luego cambiar a pasado (si, por ejemplo, comienza con un abuelo que relata una historia). Lo importante es que no los confudas, que una historia se esté contando en pasado y de pronto, sin ninguna razón lógica, pase a presente.

  • EL NARRADOR
    – De dónde vengo y a quién me dirijo
    , depende si hablo en primera o tercera persona y si me dirijo en plural o en singular, decidas lo que decidas, escoge un solo criterio.

  • LOS QUEÍSMOS
    – Es la eliminación de una preposición (casi siempre “de”) que va delante necesariamente. Por ejemplo, debes decir “me alegro de que hayas venido”, en lugar de “me alegro que hayas venido”; esta segunda es un queísmo.

  • LAISMO, LEISMO, LOISMO
    – Se trata de errores muy comunes que conviene evitar. Para ello es necesario saber qué función tiene el pronombre en la oración: si es de complemento directo entonces usaremos “la” para el femenino y “lo/le” para masculino (“la quiere mucho”/”lo quiere mucho); si es de complemento indirecto entonces emplearemos “le” para todos los géneros (“le dieron una mala noticia”).

  • RIMAS Y FRASES FORZADAS
    – Escribir en rima es realmente muy difícil, considerando que debes evitar las rimas con verbos. Por ejemplo, “siempre te quise cuidar, pero nunca me dejaste amar“.
    – En ocasiones, cambiamos el orden natural de las frases para que rimen o porque suena “más poético”, y de tanto leerlo hasta nos parece que suenan bien, pero dale distancia y verás que no acaban de sonar fluidas. Así que cuidado con las frases forzadas: “La hacía soñar libros en la biblioteca buscar”.

  • PALABRAS REPETIDAS
    – Evita las palabras iguales en un mismo párrafo. El diccionario será tu mejor aliado, busca sinónimos. También existen diccionarios de ideas afines, son muy útiles para cuando te quedas estancada en alguna frase.

Otras recomendaciones

No olvides que siempre debes pasar tu texto por un corrector profesional que no hará una única revisión; ellos mismos revisan su trabajo varias veces porque las letras son muy puñeteras y siempre hay algo que corregir.

Cuando pidas un presupuesto a un corrector, asegúrate que incluye como mínimo dos correcciones. La primera y luego otra con el texto maquetado.

Aunque el maquetador no debería modificar nada, puede ser que se le haya pasado una cursiva. O que haya cortado o forzado un salto del párrafo cuando no tocaba, o que no respete el sangrado, o quede un guion suelto 

Agradezco a Sara Nicolás por asesorarme en este post. Sara es correctora profesional y editora de Tragamanzanas, puedes seguirla en Instagram (@sara_nicolassan) con sus TIPS de ortografía. ¡Post muy divertidos y educativos!